Durante muchos años las estrellas han brillado en el cielo, hay estrellas de muchos tamaños y colores, pero todas, absolutamente todas son bellas. Esta es la historia de una pequeña estrella que no tenía permiso de brillar.
Estrellita, ese era su nombre, así le pusieron sus papás, era una estrella pequeñita y gris que vivía, como todas las estrellas, en el país de las estrellas.
Las estrellas tienen un trabajo muy importante, salen cada noche a iluminar la tierra de los hombres, y cada una tiene su lugar, para que los viajeros y marineros puedan orientarse.
Hay noches en que las estrellas acompañan a la Directora del Cielo, a la Luna, pero también hay noches en que ellas salen solas y es una gran responsabilidad, imagínate si una noche no salieran, o si salieran en el lugar equivocado, provocarían muchos accidentes, barcos extraviados y muchos científicos de la Nasa se volverían locos tratando de explicar esto.
Todas las tardes, a eso de las 5 las estrellas comienzan a prepararse para salir.
- Hoy me pondré mí vestido de lentejuelas, seguro que voy a ser la estrella más brillante del cielo.
Dijo otra:
- Con este brillo de ojos seguro que voy a deslumbrar, más que mis compañeras.
Y así, cada cual se pone sus mejores galas tratando de que algún humano las mire y se enamore de ellas, al salir a sus lugares un Ángel toma lista, para asegurarse de que ninguna falte o se quede rezagada.
- ¿Osa mayor? Presente.
- ¿Osa menor? Presente.
- ¿Mimosa, donde esta Mimosa?, perdón, es que estaba maquillándome.
Así cada noche, y a final de la fila siempre está Estrellita, pequeña y gris, y siempre pregunta:
- ¿Puedo salir hoy?
Y la respuesta es:
- No Estrellita, hoy no tienes permiso, y además todos los lugares del firmamento ya están ocupados.
Cada noche Estrellita regresaba a su casa en un mar de lágrimas, sintiéndose inútil y fea.
Al regreso de las demás estrellas ella escuchaba sus comentarios:
- Una nube casi me tapa pero por suerte se fue a otro lugar.
Otra dijo:
- Fue una noche maravillosa, pero pobre de Estrellita, ella siempre se queda en casa.
- Lo tiene muy merecido, por pequeña y gris, nunca será una verdadera estrella.
Los comentarios deprimían a Estrellita, y ella se sentía peor cada noche.
Una mañana Estrellita tuvo una maravillosa idea:
- Le mandaré un email a Dios pidiéndole que me deje salir esta noche, como Él es tan bueno seguro hablará con el Ángel para que me deje salir.
Así que lo hizo, esperó y esperó, se quedó todo el día despierta esperando la respuesta y como a las 4 de la tarde llegó el email:
- Querida Estrellita:
Hoy tampoco podrás salir, tengo reservada para una misión muy importante para ti, pero no esta noche.
Tu padre que te ama.
Dios.
Al leer esto Estrellita se puso a llorar desconsolada, mientras las demás estrellas pasaban y se burlaban de ella, diciéndole cosas, como “Fea”, “Tonta”, “No sirves para nada”, pero Estrellita guardó en su corazón las palabras de Dios, “Tengo una misión muy importante para ti”.
Así que cada noche Estrellita se acercaba al Ángel y le preguntaba:
- Ángel Gabriel, ¿Esta noche será mi misión?
Y cada noche le respondían:
- No Estrellita, esta noche no.
Sus amigas se burlaban y le decían que era una tonta, que nunca llegaría la noche porque todos los puestos del cielo estaban ocupados, Estrellita casi había perdido la esperanza hasta que sucedió algo muy extraño en el país de las Estrellas, por primera vez el Ángel no estaba en la puerta, solo había dejado una nota que decía:
- Por favor no lleguen tarde, cada una a su lugar, vengo mañana, Atentamente, Gabriel.
Todas las estrellas se alborotaron, y no falto alguna que le dio un mal consejo a Estrellita:
- Sal hoy tontita, aprovecha que no está el Ángel, esta es tu oportunidad…
Estrellita estuvo tentada a salir sin permiso, pero era una estrella educada y obediente a Papá Dios, así que se quedó, como todas las noches triste, viendo como sus compañeras salían en tropel.
Al día siguiente el Ángel había vuelto, encontró el cielo todo sucio y desordenado, pero no dijo nada, se pasó todo el día barriendo y limpiando.
Por la noche todas las estrellas estaban en fila, como si nada hubiese pasado, y como cada noche Estrellita preguntó:
- Ángel Gabriel, ¿Esta noche será mi misión?
Y la respuesta fue:
- Hoy no, pero prepárate Estrellita, que muy pronto será tu noche.
Todas las estrellas se miraron entre sí, sorprendidas, mientras Estrellita puso cara de felicidad y por primera vez Estrellita tuvo un pequeño resplandor, el Ángel le dijo:
- Entrénate mucho Estrellita, está muy cerca tu misión y necesito que brilles muy bien.
Desde esa noche Estrellita ya no estaba triste, mientras sus compañeras salían, ella entrenaba y se esforzaba mucho para brillar, esperando la noche de su misión.
Nueve meses después, una mañana, entró el Ángel Gabriel al comedor donde todas las estrellas almorzaban y dijo:
- Tengo un anunció muy importante. Esta noche no saldrá ninguna estrella a brillar.
Todas las estrellas comenzaron a preguntarse indignadas que como era posible, que nunca desde el día de la creación habían faltado estrellas en el cielo, pero al Ángel continuó diciendo:
- Esta noche, en un pequeño pueblo llamado Belén, nuestro Dios va a nacer, encarnado en un pequeño bebé para salvar a la humanidad, necesito que una estrella ilumine su nacimiento, y esa misión es para Estrellita.
Estrellita casi se desmaya de la emoción, se vistió de sus mejores galas y salió mientras sus amigas se quedaban en casa, sorprendidas por el milagro que esa noche había de suceder.
El cielo estaba vacío cuando Estrellita llegó y desde arriba pudo ver, en un pequeño pesebre, a José y a María a punto de tener a su bebé. Estrellita sintió tanto amor en su corazón al ver al bebé Jesús que empezó a brillar y brillar como nunca había brillado ninguna estrella, con tanta fuerza que desde muy lejos los magos la vieron y guiándose por su luz llegaron hasta el pesebre para ver a Dios nacer.
Los ángeles descendieron y cantaron:
- Gloria a Dios en las alturas, Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.
Desde esa noche Estrellita es la estrella más feliz y no deja de brillar, nunca más ha salido del país de las estrellas, pero no le importa, porque fue parte del milagro más hermoso que nunca jamás sucedió y todos los días las estrellas vienen donde ella a escuchar la historia de la Primera Navidad.
Nota:
Un cuento corto que se me ocurrió anoche mientras trataba de hacer dormir a mis hijos Elías y Lucas, espero que les guste y se lo puedan contar a sus pequeños.
Atentamente, el Autor