Miércoles, 23 de febrero de a las 19:22
Esto lo escribo para cada hermano que ha sufrido esas dolorosas “transiciones” donde Dios permite una cima, una división en su iglesia…
Pero también os digo: que entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, afín de que recibiésemos la adopción de hijos.
Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!
Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.
Todos los seres humanos seguimos el mismo proceso, desde el vientre de nuestra madre aprendemos, estudios científicos dicen que es posible influir en los gustos musicales, el desarrollo emocional, etc. con solo hablarle mientras está en el vientre de su madre o ponerle algún tipo de música.
Tengo dos hijos, Lucas y Elías y una de las cosas más asombrosas es ver la velocidad como aprenden, prácticamente son esponjas, absorben todo con una velocidad pasmosa, por eso, estoy convencido que no deberían estar bajo el cuidado de otra persona que no sean sus padres durante una etapa tan crucial como son sus primeros años de vida.
Varios años atrás leí en una enciclopedia que el ser humano define más del ochenta y cinco por ciento de su personalidad antes de los 6 años de edad, allí se definen sus gustos principales, intereses, emociones, etc. y luego el desarrollo se torna mucho más lento, solamente en la adolescencia hay cambios rápidos y muy difícilmente un ser humano cambia en su manera de ser ya de adulto.
Un ejemplo practico es el caso típico del hombre que se casa con una mujer despampanante, tipo portada de revista, y todos sus amigos lo envidian, porque la sociedad dice que ese es el tipo de mujer que uno debe tener para ser exitoso, pero después nos enteramos que este tipo le es infiel con una mujer totalmente diferente, su asistente o la señora de limpieza, que no concuerda con los cañones establecidos de belleza, y termina dejando a la rubia despampanante por una dama de aspecto mucho mas modesto, (no se porque recordé al Principe Carlos, ups)
Sus amigos le dicen: “no seas bestia, porque cambias al monumento de mujer que tienes por esa”
Fácil: Este hombre busco casarse con el tipo de mujer que el medio, la sociedad, el mundo dice que debe tener para ser feliz y exitoso, pero en realidad sus propios gustos son muy diferentes y el no se ha dado cuenta, talvez la mujer por la que se decidió se parece a alguna tía, prima, amiga de la infancia que fue cuando fueron formados sus gustos, los anhelos de su corazón.
¿Será por eso que mi esposa se parece mucho a mi mamá? al punto que cuando estamos juntos alguien se confundió y creyó que ella era la hija y yo el yerno, jeje
Los padres son el modelo de donde los hijos adquieren identidad, un hijo cuando es pequeño anhela ser como su padre, una niña mira el reflejo de su madre principalmente y de allí adquieren sus gustos, su forma de hablar, de comportarse, etc. y sobre todo de allí el niño adquiere su IDENTIDAD
¿Y que sucede cuando el padre deja su casa a temprana edad y es criado solo por su madre?
Esto sucede muy a menudo, es mas eso pasó en mi vida, mi padre dejo el hogar cuando yo tenía 6 años de edad. Cuando sucede esto un niño, que luego será joven no puede definir su identidad y pasa por la vida sin saber muy bien quien es, cual es su lugar en este mundo, que quiere, cual es su propósito de vida, busca identidad en amigos y parientes y es un poco como Frankenstein, pedazos de identidad cosidos entre si, es muy triste ver a un joven al cual su padre le ha negado el apellido…
Ese era yo, un mal reflejo de mis amigos, tíos, familiares etc., pero cuando conocí a Jesús, y acepte su perdón, amor y señorío, adquirí una personalidad propia, clara y definida, mi familia es testigo de mi transformación, de repente supe que era un hijo de Dios, hecho a su imagen y semejanza, recibí un lugar especifico en su reino y una misión y un plan de vida, en definitiva tuve IDENTIDAD
Y cuando un ser humano conoce a Jesucristo, lo dijo el mismo Jesús, vuelve a nacer, no de carne sino en su espíritu, una parte, la mas importante es un bebé, pequeño y frágil, que no puede valerse por si mismo y necesita del alimento materno, la leche espiritual para vivir, así también Dios nos coloca en una familia espiritual, una congregación, una iglesia, una célula, donde recibimos el cuidado, la educación y el amor que necesitamos.
Pero también allí recibimos una IDENTIDAD, tenemos padres espirituales a quienes vemos como héroes, modelos a seguir, de quienes aprendemos como caminar en oración, como alimentarnos de la Palabra, nuestra forma de hablar, nuestra forma de adorar, nuestros sueños, metas, la manera de hacer las cosas, etc. en definitiva la mayor parte nuestra personalidad espiritual es formada en nuestros primeros años de cristianos y adquirimos IDENTIDAD, esto lo puedo ver en todos lados, inclusive en los correos electrónicos tipo:
¿Y que sucede si por alguna circunstancia nuestros padres espirituales se alejan, nuestra iglesia se divide?
Exactamente lo mismo, perdemos nuestra identidad, no es que dejemos de ser hijos de Dios pero sentimos que perdemos nuestro apellido, nuestra IDENTIDAD
Esto lo escribo para cada hermano que ha sufrido esas dolorosas “transiciones” donde Dios permite un cima, una división, creo que esto lamentablemente también sucede con frecuencia en muchas congregaciones, denominaciones, grupos hogar, células, etc, esto es tan viejo como la historia de Lutero y la Iglesia Católica, tan viejo como la primera comunidad cristiana dispersada por la muerte de Esteban y la persecución, es tan viejo como Pablo y Bernabé separados por Juan Marcos, es mas, yo lo he sufrido en carne propia.
Pero existe una diferencia importante, Dios no permite que esto suceda cuando el niño espiritual es pequeño, el lo permite cuando el niño ha crecido, y ya tiene una identidad definida, cuando ya conoce un modelo a seguir, una forma de trabajar para Dios, como hacer las cosas, en definitiva cuando la visión ya ha sido implantada en su corazón firmemente, cuando puede caminar solo.
Vemos esto en el mundo natural cuando un padre permite que su hijo tome decisiones porque lo considera un joven maduro, sería antinatural que un padre supervisara que su hijo se ponga medias limpias a los 40 años de edad.
A esto pienso yo se refería Pablo cuando escribió GALATAS 4:1-7:
Pero también os digo: que entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.
Así también nosotros, cuando éfamos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,para que redimiese a los que estaban bajo la ley, afín de que recibiésemos la adopción de hijos.
Llega el cumplimiento del tiempo en que el padre debe dejar de supervisar directamente al hijo, OJO, no deja de ser padre ni de tener autoridad para regañarlo si algo no está bien pero ya no lo trata corno a un esclavo, como un niño pequeño, porque dice Pablo, el hijo mientras es pequeño no tiene diferencia con el esclavo, tiene que obedecer lo que le mandan y necesita ordenes especificas todo el tiempo, pero cuando crece, el padre le da autoridad, le permite tomar decisiones confiando en que el hijo será fiel a lo que durante años se le enseñó.
Cuantos de nosotros cuando éramos niños no ponían nuestros padres a arreglar nuestro cuarto, barrer la casa, lavar los platos y en nuestro corazón protestábamos, nos sentíamos mas como esclavos que como hijos, pensábamos que era injusto, pero cuando crecimos nos dimos cuenta de lo valioso de esas lecciones y regresamos a donde nuestros padres a decirles “gracias, lo que me enseñaste ha sido muy valioso e importante ahora”
Mi esposa y yo le enseñamos a nuestro hijo de 2 años cuando acaba de comer que diga GRACIAS esperando que un día esto sea natural en él, que el agradecimiento surja de su propio corazón sin necesidad de que estemos supervisándolo ni presionándolo.
En definitiva preserva su IDENTIDAD y no porque está con menos supervisión dejará de hacer lo que se le enseño, ganar, consolidar, enviar, orar, predicar, salvar almas, ser más que vencedor…
Ahora el hijo adquiere RESPONSABILIDAD y mantiene su IDENTIDAD, ahora es cuando debemos hacer las cosas de todo corazón y no solo porque el líder o el pastor te lo exige, ahora somos libres para hacer lo bueno y ser fíeles a lo que hemos aprendido, ahora es cuando el Espíritu de adopción grita en nuestros corazones
¡Abba Padre!
Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!
Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.
Lo vemos, por ejemplo, en el Salmo 2, con relación con la entronización del rey: ‘El me ha dicho: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy’ (Sal 2, 7-8). También en el Salmo 88 leemos: ‘El (David) me invocará diciendo: tú eres mi padre… Y yo te haré mi primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra’ (Sal. 80, 27)28). Después el profeta Natán hablará así a propósito de la descendencia de David: ‘Yo le seré a él padre y él me será a mí hijo. Si obrare mal yo le castigaré,..’ (2 Sm 7, 14).
V. 10. Efecto principal de la liberación divina, núcleo de todo el poema, es la paz restablecida. Todo se atribuye a Yahvé. La guerra: la gran guerra que estábamos sufriendo y, en general, toda clase de guerra. Hasta el extremo del orbe: aquí, la tierra de Judá, desde la cual habla el autor y en la cual está interesado. Los mismos instrumentos bélicos, entonces arcos, lanzas y escudos, han dejado de existir; Yahvé los ha destruido totalmente, reduciéndolos a ceniza. Liberación divina tan grandiosa se describe casi con los mismos términos que los profetas emplean para designar la futura y perfecta paz mesiánica (Is 9,6), cuando los instrumentos de lucha serán convertidos en aperos de labranza para trabajos de paz (Is 2,4; Miq 4,3; Is 9,4; Zac 9,10).